martes, 19 de enero de 2010

MONTONES Y MONTONES DE BASURA

En las universidades suelen realizarse muchas fiestas que acumulan a muchisimas personas en los campus de esta.



Esto no es un problema siempre y cuando la basura que se genera, como botellas, plasticos, cajas, alcohol, comida, etc se meta todo en una bolsa y se lleve a un contenedor o un cubo de basura ya que los botellones dejan casi
cinco toneladas de basura en los campus despues de cada fiesta.

Frenar este tipo de fiestas es una tarea muy compleja y buscando informacion sobre el tema he encontrado esta noticia que trata de frenar el botellon en el campus:



Acabar con el ‘botellón’ en el campus universitario es una tarea harto compleja. Hace un par de semanas, el patrón de Medicina fue la excusa para la celebración de un encuentro con más de 3.000 personas que se saldó con 80 toneladas de desperdicios por el campus. De nada sirvió que el rectorado permitiese la entrada de la policía en las inmediaciones del campus Esgueva, pues los estudiantes decidieron cambiar de ubicación las celebraciones y las trasladaron al campus Miguel Delibes, junto a la ETS de Telecomunicación. «La ‘Poli’ está en Industriales, ‘botellón’ en Teleco. Pásalo», rezaban las misivas, que a lo largo del día corrían de uno a otro teléfono móvil para avisar de la situación. Una treintena de agentes municipales asistieron al ‘botellón’ como convidados de piedra, porque su presencia no sirvió para disuadir a los jóvenes y tampoco se consideró necesario mayor intervención que la de informar a los jóvenes pertrechados con bebidas que allí no podían quedarse.
La historia no volverá a repetirse hoy, pues en el ‘macrobotellón’ previsto con motivo de San Alberto Magno, patrón de la Facultad de Ciencias, la policía no hará acto de presencia. Razón no le falta al rector de la UVa cuando admite que este problema sobrepasa las capacidades del Alma Mater vallisoletano y considera que el problema debe afrontarse con la colaboración del resto de instituciones implicadas.
Las asociaciones universitarias, que hace años permanecían ajenas a las consecuencias del ‘botellón’ en el campus, parece que van tomando conciencia más allá de los nocivos efectos para la salud. Y es que las instalaciones universitarias son bienes de dominio público. También admiten que la imagen de los estudiantes sufre un lamentable deterioro con convocatorias de este tipo cuyo único objetivo es la ingesta de alcohol, pero tampoco ofrecen alternativas claras para evitarlas. La solución no pasa exclusivamente por la vigilancia policial del ‘botellón’, porque ha quedado patente que existen fórmulas para burlar el cerco, al igual que ocurre aún con las ‘novatadas’ pese a estar prohibidas. El problema es que los especialistas tampoco parecen tener claro qué hacer para frenar esta práctica.

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