domingo, 6 de diciembre de 2009

Dibujo infantil: Garabato

Es un dibujo poco representativo, cinético, sin control. Hacen formas cada vez más complejas, hay un punto en el que el niño le va poniendo nombre a los diagramas.
La etapa del garabato comienza desde los 2 años hasta los 4 aproximadamente. En esta etapa podemos encontrar tres tipos de garabato:

Garabato sin control.
Es el movimiento por el movimiento mismo. El niño traza líneas moviendo todo el brazo hacia adelante y hacia atrás, sin importarle la dirección visual. Produce trazos impulsivos, estos pueden ser rectos o ligeramente curvos y a menudo sobrepasan los bordes del papel. El niño puede estar mirando hacia otro lado mientras garabatea. Sólo le interesa el placer del movimiento, que será siempre lo más amplio posible para facilitarle el control muscular del gesto.
En esta etapa empiezan los primeros trazos que aparentemente no tienen sentido. En esta etapa los garabatos no son intentos de reproducir el medio visual circundante, estos tienen como base el desarrollo físico y psicológico y no la intención de representar algo.
Características: El niño deja trazos intencionales, carece de control visual sobre su mano, a menudo mira hacia otro lado mientras dibuja, los trazos varían de longitud y dirección, con frecuencia excede los límites del soporte gráfico, toma el utensilio de maneras diversas y suele ejercer mucha presión con él sobre el soporte.


Garabato Controlado:
El niño descubre que hay vinculación entre sus movimientos y los trazos que ejecuta en el papel. Esto suele ocurrir unos seis meses después que ha comenzado a garabatear, el niño descubre el control visual sobre los trazos que ejecuta, y representa una experiencia vital para él. En esta etapa los niños se dedican al garabateo con mayor entusiasmo, debido a que coordinan entre su desarrollo visual y motor, lo que lo estimula e induce a variar sus movimientos en forma horizontal.
Esta etapa llega hasta los tres años aproximadamente, y el niño va emergiendo en preferencias manuales, se inicia la verdadera integración visual y motriz, la cual se completa al llegar a las primeras etapas de la adolescencia.
Características: Los trazos del niño serán casi el doble de largos, en algunas ocasiones tratara de emplear colores en sus dibujos, llenan toda la pagina, ensayan métodos para sostener los lápices. Los garabatos son mucho más elaborados y en algunas ocasiones descubre ciertas relaciones entre lo dibujado y el ambiente. Los trazos toman una dirección impredecible.
Se caracteriza por el intento de dirigir la mano en la misma dirección de un trazo ya realizado para poder repetirlo, y por el entrenamiento en la realización de figuras cerradas. En este movimiento, el niño toma conciencia de la posibilidad de controlar el grafismo que está realizando.

Garabato con nombre
es cuando el trazo adquiere valor de signo y de símbolo. El niño dibuja con una intención; aunque el garabato no sufra en sí demasiadas modificaciones, el niño espontáneamente le pondrá un nombre. El mismo trazo o signo puede servirle para representar distintas cosas y también es posible que cambie en el transcurso de su tarea el nombre de lo que ha dibujado. Es una etapa de mucha trascendencia en su desarrollo, es un indicio de que el pensamiento del niño ha cambiado.

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